martes, 4 de agosto de 2009

"UNA HISTORIA CONOCIDA" (II) 1994

…Grandes cantidades murieron de forma brutal; pero la “Comisión de los Derechos Caninos”, alzo su voz en el Congreso Nacional, y mediante el diputado “carae’perro”, solicitó se utilizaran métodos más humanos, grave comparación: porque una de las decisiones fue la creación de las “Casas para la recuperación de los canes callejeros”.

El Gobernador (repetimos estábamos en periodo eleccionario), temiendo por su popularidad comisionó al Ministro de Obras Públicas, para acelerar la construcción de esas perreras y al Ministro de Seguridad Pública, que dentro de sus atribuciones estaba el manejo de la policía, para retirar de la calles a estos estorbos.

Comenzaron las redadas (un alcalde dijo por televisión: son redadas selectivas???).

Se allanaron las cloacas y los puentes donde dormían, se les persiguió en lo basureros, se los cazó a las puertas de las cocinas de los hoteluchos donde se alimentaban; en fin, las llamadas “casas de recuperación” se llenaron hasta el tope y pronto rebasaron con creses su capacidad.

“Allí la vida de perro era un infierno para perros –entrevista con uno de los pocos que han podido fugarse, no colocamos su nombre para resguardar su seguridad-, si bien la calle era dura, se podía huir si un perro más grande te mostraba los dientes, si te quitaban tu árbol donde solías orinar, siempre quedaban más arboles para humedecer; allí no… una pelea era mortal, el alimentarse y evacuar se confundían en un solo momento; en la calle, a pesar de estar hambriento, podías correr tras una hembra; allí no…allí te echabas si acaso lograbas conseguir un poco de espacio… y (esto lo dijo llorando) aquel ladrido jubiloso, en luna llena, se volvía lastimero, detrás de una ventana enrejada”.

A “Don” estos días de encierro, se le convirtieron en una pesadilla, su corazón ya endurecido, se le hizo de piedra, su mirada serena se volvió de furia; de aquel cachorro juguetón y mimado, solo quedaba un lomo erizado de miedo y un hocico plagado de afilados dientes, prestos a morder.

El resultado de aquellas decisiones humanas, resolvió aparentemente el problema de los “perros de la calle”. Nuevamente el pasear por Sabana Grande fue divertido; el comerse un pollo en “Arturo´s” resulto placentero, sin la molestia de unos ojos tristes y una lengua colgante y babosa, velándonos; en fin “Por Estas Calles” se podía volver a transitar.

Pero de vez en cuando, en la prensa, se comenzaron a leer unas pequeñas noticias: “REVUELTA EN LA PERRERA MUNICIPAL”, “MUERTOS A DENTELLADAS QUINCE PERROS…”, “GUARDIAN MORDIDO GRAVEMENTE, CUANDO EVITABA FUGA DE CIEN PERROS POR EL TUNEL DE LA PLANICIE”…

Al principio la gente estuvo más pendiente de las noticias económicas, todos los días aumentaban unos cuantos dígitos, los productos (Y eso que el gobierno nos repetía “la economía no es cuestión de números, si no de personas”), más poco a poco se tornaban angustiosos los titulares sobre los retenes… perdón sobre las perreras.

Hasta que el máximo representante de las iglesias, en una visita muy publicitada, se le ocurrió dejarse lamer (con mucho miedo) las manos por uno de aquellos mestizos. Fue entonces cuando tomamos en cuenta el problema que las noticias nos presentaban.

…Y el “Comisionado para los Altos Estudios Sobre la Conducta Canina”, ente adscrito a la O.N.U., sentenció, lo que ya sabíamos:
“Se ha podido comprobar que en las casas de reeducación, llamadas comúnmente perreras, no existe ningún tipo de seguridad, en cuanto a los derechos mínimos de los canidos”, y esto lo firmó con la mano izquierda, ya que la derecha la tenía vendada, “a causa de una mordedura, recibida en el sagrado cumplimiento del deber”.

El Gobierno, el Congreso, los Alcaldes, en fin, todos los políticos se devanaron los sesos para buscar una solución a este eterno problema. Para ello se tomaron algunas medidas:

Al Ministerio de Obras, se le ordenó agrandar las perreras, incluyendo los túneles construidos por los “huidos” para que sirvieran de dormitorios.

A los Jueces, se les colocaron bozales para evitar que siguieran hablando en televisión y se les ató a sus correspondiente escritorios, de forma que aceleraran y resolvieran los miles de expedientes que por flojera habían acumulados.

A los maestros se les colocó una cama en cada salón de clases, por si acaso pedían reposo, pudiesen seguir educando a los futuros dueños y estos a su vez, educaran a sus futuras mascotas.
Se solicitó a las familias de clase humanista, que luego de un minucioso estudio sobre la peligrosidad de algunos canes y visto el fallo favorable, tomarán en adopción algunos de aquellos animales, los cuales después de una acuciosa reeducación se convertirían nuevamente en “
el mejor amigo del hombre”…

En cuanto a “Don”, su corazón, a pesar de lo sufrido, había guardado escondido un poco del afecto que recibiera cuando cachorro, nos toca ahora devolverle, con paciencia, su amor y respeto hacia el ser humano.

A veces cuando duerme, tiembla… y se queja de sus recuerdos… es cuando me acerco y acariciándole la oreja le digo …

“Muchacho…tranquilo, estas en casa…”

Nota: Las medidas tomadas por el anterior gobierno, para tratar de solucionar el problema de “los perros de la calle”, fueron dejadas sin efecto por el recién electo presidente, hasta tanto el soberano Congreso autorice el Mega-crédito necesario para realizar un nuevo estudio sobre las perreras municipales…

¡UFF!, ¡Carajo, pise la mierda…!


Dedicado a mis hijos,
a mi perro con cariño
y a Joan Manuel Derrat por sus canciones:
"Malasangre" y "Niño silvestre"

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