domingo, 31 de agosto de 2014

"Como arpegios rotos" de Pedro Nolasco Contreras Ramírez

COMO ARPEGIOS ROTOS
(Pedro Nolasco Contreras Ramírez)

Para ti mujer, que quizás estás en estos momentos
vibrando a través del más puro de tus sentimientos
como es el amor…..
O quizás estés  también bebiéndote el llanto,
por la nostalgia que te haya traído un recuerdo lejano.

O tu corazón henchido de alegría por la emoción de sentirte
dulcemente acariciada en los brazos del ser amado, le abras
las puertas a esta humilde conversación.

Y es por eso que aquí vengo a conversar contigo,
a conversar unas cuantas palabras, nada más
a remembrar un poquito aquel pasado, que bien vale la pena
recordar.

Porque fuiste mía y entre mis brazos, dejaste
un calendario de emociones.
Se convirtieron en llanto mis canciones
y mis ojos no han dejado de llorar.

Porque fuiste mía una y mil veces,
y tu corazón estaba vacío
y yo lo llené de amor y lo llené  de todo lo que era mío
y puse en tu alma el canto de la tarde,
y deje en tu boca un tatuaje de besos,
y fue quizás por eso que se hizo silencio en
tu murmullo, y se fue quedando con mi amor el tuyo,
como se queda la brisa retozando con la tarde.

Y sin embargo aquí me tienes,
te estoy esperando a la mentida
sombra de un árbol mustio y seco
que no riega la lluvia, que no ha besado nunca, primavera,
y ese árbol  es la vida trunca a la que reniego
si no vuelves tú.

Yo iba solo con mi carga de emociones,
la vida estéril campo para mis ideas era.
Ni un solo surco germinaba para mi cosecha de realidad hermosa.

El viento a mis oídos traía el eco de lo que nunca vuelve
de lo que nada lleva, de la esperanza muerta,
porque todo enmudece en torno del silencio,
hasta el viento amigo que traía tu voz,
yel hada misteriosa que me acercaba al más puro
de todos tus recuerdos.

Inútilmente buscaré la dicha, inútilmente te amaré por siempre.
Allá cuando la memoria  solo revivir pueda nuestro amor presente,
Oiré tu voz y mirare a tus ojos.
Y me forjaré la ilusión de tenerte un día
de volver a besar tus labios cariñosos,
y sentir muy cerca tu calor.

Aliente demasiado sensible y temerosa,
mi alma que te adora y que si tu no vuelves
amargamente llora.

¡Oh amor! última morada de la vida
postrer asidero de mis ansias
me siento feliz porque aún te quiero
y sin embargo ¿porqué esta infinita tristeza que me corroe el alma?
¡Porqué esta angustia tanta que me aprisiona el pecho, se ensaña con
mi vida, haciendo que mis ojos se manifiesten en lagrimas?

La aurora va a morir en el ocaso,
pero el ocaso agoniza antes de ver la aurora
jamás se han de juntar.

Los ardientes fulgores son muy hermosos si,
Pero impone al alma contemplativa
El trágico silencio del final.

No como en la aurora que todo tiene sabor
a bienvenida, tintenio de ilusión
dulzura de alma enamorada,

¡Nuestras dos almas, girones de nuestras dos vidas son!
cual dos arbustos secos arrancados por la tormenta
como dos rosas blancas que agonizando se besan en el camino.

Como Río que se precipita al mar
vendrás  a mí en frenético curso
a deluir en mi pasión tu vida.

Vendrás a mí porque te espero,
porque estoy esperando como espera
la noche a su lucero.

Indefinidamente, por un cause de fuga
vendrás, vendrás a refugiarte en mi
pues nadie ha visto nunca regresar un Río.
“Como Arpegios rotos”

1986

lunes, 17 de febrero de 2014

Bella (Héctor Ramírez)

Héctor y Simón

"BELLA"
Héctor Ramírez


Bella:
como la piedra fresca del manantial,
el agua abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
hermosa.

Bella:
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
así te veo,
hermosa.

Bella:
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza
un nido color miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
hermosa.

Bella:
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
por donde yo camino,
hermosa.

Bella:
tus senos como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
hermosa.

Bella:
tu cintura la hizo mi brazo como un río
cuando pasó mil años por tu dulce cuerpo,
hermosa.

Bella:
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo.
tal vez en algún sitio,
hermosa.

Bella, mi bella,
tu voz, tu piel, tus uñas,
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
hermoso,
todo eso es mío, bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre,
mia alambre, lo bella
siempre.


martes, 3 de septiembre de 2013

“Se todos los cuentos” (León Felipe)


“Se todos los cuentos”

(León Felipe)

 

Yo no sé muchas cosas, es verdad.

Digo tan solo lo que he visto.

Y he visto:

que la cuna del hombre la mecen los cuentos,

que los gritos de angustia del hombre

los ahogan con cuentos,

que el llanto del hombre lo taponan los cuentos,

que los huesos del hombre los entierran los cuentos,

y que el miedo del hombre…

ha inventado todos los cuentos.

Yo sé muy pocas cosas, es verdad

Pero me he dormido con todos los cuentos…

Y sé todos los cuentos…

domingo, 18 de agosto de 2013

Bendición Mamá


BENDICIÓN MAMÁ
 
Madre, está lloviendo…
Como no recordarte a cada instante
si habitas en mi pensamiento…
 
Hace poco fue mi cumpleaños
en cada uno de ellos, qué  ya son bastantes,
y apenas saliendo el sol,
llegabas silenciosa a mi habitación,
yo me hacía el dormido
y dejaba la puerta medio abierta para escuchar tú canto:
“Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David…”
tus brazos en alto como también cantándole a Dios…
y luego tú abrazo, acompañado de un beso,
y las palabras:
“Que el Señor te colme de bendiciones.…”
hoy, la tristeza y tú recuerdo lo han convertido en lágrimas.
 
Madre: que largos se hacen los escalones
Cuando es solo tu recuerdo el que me acompaña…
 
…y pensar que durante años,
además del cansancio sin quejas,
llevaste sobre tus hombros
la ausencia de aquel viejo cumanés
que pasaba noches enteras
sobándote la espalda adolorida
del trajín cotidiano.
 
Ahora, que no te encuentro,
te entiendo cuando me decías,
con tu voz campesina:
“Sabes hijo, anoche soñé con Domingo,
lo vi un poco flaco… ¿será que no come bien?
…pero aún conserva su pícara sonrisa,
le hable de tus hermanos
y les mandó su bendición.
…luego hijo, se me fue alejando con la mano en alto
como quien dice hasta pronto,
mientras sus dedos dibujaban en el aire un corazón…”
 
Y en tu conversa, tratabas de ocultar tu rostro
para no mostrarme la lágrima
que se paseaba por los pliegues de tus ojos.
 
Madre:
Como me pesa tu ausencia
en esta casa tan grande…
 
Hasta hace poco hablábamos
sobre el color de las paredes,
recuerdo que te encantaban
el marfil y el blanco;
en cambio a mi me gustaban los verdes...
… y hoy esas paredes
se cubren de moho
y se escarchan por los sollozos
que se anidaron en ellas.
 
Madre:
Que inmensa es la soledad
en esta solitaria casa…
 
Ahora, en la mañana me  levanto
como sonámbulo,
persiguiendo la fragancia
con que inundabas de amor toda la casa,
bajo las empinadas escaleras,
que tú con tu paciencia,
subías y bajabas todos los días;
abro la puerta y me encuentro con una cocina vacía,
y el polvo acumulado por tu ausencia
me susurra:
“no, ese aroma no es el café de tu madre”
…entonces caigo en cuenta
que el olor proviene de la vecina
que sin querer
fabrica mis lágrimas mañaneras.
 
Madre, está lloviendo.
Que triste es la tristeza
cuando se hace permanente…
 
Preparo un agua que apesta a café
y me hago acompañar por ella,
voy copiando la rutina de todos tus días:
abro la puerta de los dormitorios
y veo perfectamente las camas tendidas,
acobijadas de polvo,
sin el sudor de una arruga
que indique el calor
de un cuerpo amanecido.
 
Tus armarios están vacíos,
tu hermosa ropa de fiesta que cuidabas tanto,
se fue de viaje…
 
Y sonrío al recordarme de aquella gatita que parió en tu closet,
sobre las sábanas limpias  
tu primera impresión fue de molestia
…y terminaste cuidándola durante dos meses.
 
Madre:
Como no atragantarme de sollozos
por culpa de tu ausencia.
 
Bajo hasta el patio para regar las plantas,
y recuerdo lo común que era
discutir sobre la belleza de tus flores.
…Y todo porque a mí no me interesaban…
creía que había otras cosas más importantes.
 
Me recuerdo tu insistencia con las orquídeas
y mi pretexto de no regalártelas
pensando en lo costoso que eran.
…Que triste es pichirriar el cariño.
 
Y hoy,  en un gesto tardío de “discúlpame”…
todas las ventanas están llenas de ellas,
los tiestos de flores se recuestan en cada uno de los escalones,
y lo que es el patio, todas las mañanas se tiñe de fiesta,
retozando los verdes con los rojos, los amarillos con las avispas,
y la lluvia salpicando juguetona sobre sus tiesas hojas
haciendo un suave murmullo
llenando de arco iris el baile de las abejas.
 
Madre, está lloviendo
Y estas son tus  flores.
Aunque no estés para mimarlas, te las mimo yo,
Aunque no consigas acariciarles sus pétalos, se los acaricio yo,
Aunque no alcances para cortarles las hojas heridas por el tiempo
yo estoy para cortarlas…
 
Y estoy para contarles, mientras rocío sus hojas,
que tuve una viejita que las amó mucho,
que era hermosa como son ellas
y que todos los días, a pesar de mi tristeza,
sigo sintiéndola en sus perfumes…
…dándome sus bendiciones.

 

Simón Oliveira
17 de agosto 2013

domingo, 4 de agosto de 2013

Para todos los padres

Dedicado a Geraldine
Para todos los padres
(Porque hoy… y siempre es su día)
 
De repente un berrido
rompe la pequeña calma lograda
después de muchas horas de insomnio.
 
Me paro para ir al baño
y mi mujer, tambaleándose de sueño
se dirige a la cocina.
 
Miro el reloj y un “coño” se me escapa
al ver la hora,
son las cuatro y media,  y a las seis
debo salir para el trabajo;
bueno ni modo…
¿Para qué volverme a acostar?
 
Bajo también a la cocina
y la veo medio dormida
batiendo la leche y preparando el café.
 
Me mira soñolienta…y la abrazo,
casi como una queja me dice:
“Papi, estoy cansada,
ya había olvidado cómo era esto…”
y bostezando le contesto para tranquilizarla:
“Pronto, mi vida…esto pasara pronto”
 
Nuevamente el berrido de “atención”
retumba en la casa,
corremos los dos
y por poco tropezamos con la puerta.
 
Alcanzo los primeros escalones
y ella como puede  me atrapa por la cintura
tan solo para indicarme que apague la olla del café.
 
Al volverme, algo se interpone entre mis pies
Y por escaso margen
mi cabeza esquiva el dintel de la puerta.
 
Llego a tiempo para apagar la hornilla, y salgo,
no sin antes recoger  una muñeca
que pudo ser la causa de mí “presunto suicidio”.
 
Vuelvo a subir la escalera y otro grito me acorrala:
“¡Tráete el tetero!!!
…y regreso corriendo a buscarlo en la cocina,
gran sorpresa, había apagado otra hornilla,
mientras el café recalentado re borbotea
manchando estantes, baldosas y gavetas,
escucho…
“¡el tetero! ¡el tetero!”
 
Y el grito me recuerda a Tatú,
el enano de la “Isla de la fantasía”,
voy p´arriba nuevamente.
 
Al llegar al final de la escalera:
dos ojos morenos a medio cerrar me recriminan:
“Papá tengo sueño”…
 
¡Carola, cariño!, ¿Qué haces despierta?
“papá tus gritos no me dejan dormir”
Carola… yo nunca grito…
 
Y nuevamente compartimos la angustia:
¡Qué pasó con el tetero!
grita mi mujer, insistentemente
acompañada del horrible berrido…
 
Tomo a mi niña con una mano
y en la otra llevo el biberón,
entro a mi habitación y allí,
casi dormida, dándole teta al bebé,
esta mi mujer…
 
…y mi hija sin pensarlo dos veces
se acuesta en nuestra cama…
 
Bueno ni modo…me digo.
 
“Cariño, voy a bañarme y planchar la ropa
para irme al trabajo…”
 
…Y la voz de mi niña, en medio de su sueño me dice:
“Papi hoy es domingo, hoy no hay trabajo…
 
Ahh… y bendición…
…por ser “día del padre”
 
Simón Oliveira
2011