sábado, 1 de agosto de 2009

Marog abril 1994


Uno de estos días, añore ciertamente el calorcito intimo, que imagino disfrute mientras estuve en el vientre de mi MADRE, allí, la calma y el retozo inundaron mi alma y mi ser, fui alimentada y protegida cual tesoro preciado de incalculable valor.
Todos los ruiditos, olores y sabores que me llegaron, representaron regalos, caricias, haciéndome sentir por nueve meses un “ser muy especial”; hoy con la verdad en la mano y en franca comunicación digo:
NO EXITE ESE LUGAR, PERSONA O COSA que logre transmitir aquella misma sensación.
Dentro de mi fantasía puedo escuchar aún todas aquellas frases que me animaron a vivir… ¡Sera la más linda de la casa! ¡Le compraremos lo que necesite! ¡Cuidaremos que no le falte nada!... Esta armonía y paz que no conservan mis recuerdos (obviamente) sin embargo creo he soñado recordar.
Ahora este mundo me resulta irreverente, tan insulso e incongruente; a la medida que intento estrechar vínculos “comunicarme” desfallezco en la lucha y eso me lleva a retomar ¡Cuan hermoso y apacible fue el principio y que engorrosa la travesía y el final¡
marog.
Abril 1994

Marog marzo 1994


En un momento, un instante, ¡sí el tiempo se pudiera parar!...
Yo y la vida… porque esta es una historia de la vida; la que nos da y nos quita cuando menos lo esperamos. Y es que así andan las cosas.
Hoy brillas, mañana te opacan. Esta noche ríes y bailas, mañana te asustan, te culpan y lloras.
Pero yo y la vida inseparables, con los años caminamos con aciertos y errores, con frustraciones e ilusiones, entregándonos por entero hasta llegar casi a fundir la vida misma, y es cuando yo me detengo, busco en el recuerdo de un pensamiento, de una caricia, un gesto atrapado en mi vida y les grito fuerte, desde mis entrañas, esas, que un día también dieron vida y les pregunto:
¿soy yo vida la que respiras?
-“tal vez en un cuento que alguien te narro un día”- Así me responde la vida; y ahora yo, cuento esta historia para quienes también como tú y yo viven en la vida.
Marog.
marzo de 1994

Marog presentación

Ayer y como siempre, después de “arreglar” mi habitación, empecé (como toda la vida) a tratar de deshacerme de las ataduras que sutilmente se me han ido pegando a través de mi existencia, es decir: botar lo que consideras que ya no te hace falta.

Y cuando hablamos de que tengo sesenta años, carajo, es un mier…. pocote de cosas de las cuales puedes prescindir



… Y como siempre, terminé por enviar a su jubilación el 5 % de ellas.



Debe ser que en la medida que envejecemos tememos que nosotros mismos (lo que casi siempre es así), formemos parte de ese envoltorio.



Pero esta vez , revisando , conseguí un bulto de periódicos viejos (la campana de San Pedro), donde releyendo, tal vez para buscar un pretexto y no botarlos, tropecé con los escritos de una gran amiga y compañera : MAROG, los cuales tuve el honor de acompañar con unas ilustraciones.



Y como siempre me pareció un sacrilegio el deshacerme de tan hermosas palabras, que quise en honor a ella, recopilarlas aquí.