Uno de estos días, añore ciertamente el calorcito intimo, que imagino disfrute mientras estuve en el vientre de mi MADRE, allí, la calma y el retozo inundaron mi alma y mi ser, fui alimentada y protegida cual tesoro preciado de incalculable valor.
Todos los ruiditos, olores y sabores que me llegaron, representaron regalos, caricias, haciéndome sentir por nueve meses un “ser muy especial”; hoy con la verdad en la mano y en franca comunicación digo:
NO EXITE ESE LUGAR, PERSONA O COSA que logre transmitir aquella misma sensación.
Dentro de mi fantasía puedo escuchar aún todas aquellas frases que me animaron a vivir… ¡Sera la más linda de la casa! ¡Le compraremos lo que necesite! ¡Cuidaremos que no le falte nada!... Esta armonía y paz que no conservan mis recuerdos (obviamente) sin embargo creo he soñado recordar.
Ahora este mundo me resulta irreverente, tan insulso e incongruente; a la medida que intento estrechar vínculos “comunicarme” desfallezco en la lucha y eso me lleva a retomar ¡Cuan hermoso y apacible fue el principio y que engorrosa la travesía y el final¡
marog.
Abril 1994