Muchas veces me pasa, que cuando me comunico verbalmente, no me hago entender, por ello recurro a la escritura, quizás porque al dibujar lo que siento, con letras, me arriesgo a ser comprendida.
…”no sé, si es mejor amor, sin presencia o presencia sin amor”… fraseo de una hermosa canción del compositor venezolano Simón Díaz; ¡cuanta verdad en ella!
Y es el caso que me mueve, ya que francamente en ocasiones siento, no sé, “si es mejor hablar menos y callar mas” o “hablar más y callar menos”.
Pues como adentro de un túnel sin salida o en un laberinto, es como me siento, cuando mi comunicación no llega.
Sobre todo cuando la dirijo a mis seres significativos, compañeros de trabajo, vecinos, etc. Y me pregunto: ¿Para qué sirven los roles de padres, pareja, amigo, colega, etc. Si la comunicación falla?
Me imagino a veces, que un grito muy fuerte, sería la solución, o tal vez, un enmudecer prolongado; con seguridad estas dos posiciones no son la más asertiva, (revisaré las barreras que obstaculizan la fluidez de mi conversación).
Más por ahora sigo contando en mis adentros… “no sé, si es mejor, amor sin presencia o presencia sin amor…”
Marog.
Junio 1994
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