jueves, 6 de enero de 2011

Tiempos de Recuerdos (5ta parte) Soy Papá

Soy papá
TIEMPOS DE RECUERDOS
V Parte (Soy Papa)

Cuando intente volver a guardar la medalla, un montón de papeles, movidos por los vientos del olvido, se abalanzaron hacia mí, arrinconándome en el borde de la cama; allí anidando recuerdos, me empujaron a leerlos.

Muchos de esos papeles eran trozos de poemas nunca terminados, que la humedad del abandono hacia ilegible muchas de sus frases; lo único que apenas se podía distinguir eran los nombres de fantasmas, que utilizando las líneas como escalera trataba de escapar por las esquinas.

La imagen de una niña morena, permitiéndome descubrir el sublime olor de la eternidad, se escurrió hasta mi cuerpo, aún puedo recordar sus suaves manos acariciando mi rostro y su aliento susurrando a mis oídos un “te quiero”.

Cerré los ojos esperando sus labios…

De pronto algo cae sobre mi cabeza…

Son cientos de bolígrafos (hoy extraños objetos en peligro de extinción) brotando del techo como musgos, algunos aún guardaban rastrojos de tinta en su interior.

…Quizás se cansaron de sumar palabras o de dibujar formulas trigonométricas, o de perder los sueños manchando papeles, o de no encontrar las razones de seguir muriendo…

…pero lo más probable es que perdieran la alegría de escribir, cuando la joven morena destinataria de mis apasionados versos, tuvo que marcharse a otro liceo.

Aturdido por los recuerdos, me levanto para hacerme un café… casi ruedo por el piso, un montón de cartoncitos cubrían cada grieta, cada resquicio del suelo.

Evitando resbalarme en aquel mar de papeles tomé algunos…eran tarjetas de salida y entrada, perforadas por sus lados, aún podía leerse el nombre de la empresa donde trabaje por algunos meses.

El sonido de un “tic, tac, tic, tac” fue llenando mi habitación, un grupo de relojes marchaban, sin manecillas, ha encontrarse con las tarjetas, por lo visto se habían olvidado de cómo contar las horas.

De repente, apareció ella, un vientre hermosamente abultado, me servía de dintel para entrar en el mundo de los adultos, atrás se iban soltando las hojas de los libros del aprendizaje y renegaban molestos de tantas materias aplazadas, los boletines de estudios.

Ahora, la emoción, el descuido y la testosterona juvenil, me habían convertido en un flamante papá…

…Desempleado, sin graduarme y sin ninguna experiencia de cómo cambiar pañales…