lunes, 27 de febrero de 2012





Homenaje al 27 de febrero

Venezuela es un país rico en historias y leyendas, tal vez esto sea consecuencia de nuestra prolífica imaginación y al hecho de ser un país joven… y sin memoria,
 De modo, que a muchos de nuestros graves aconteceres se les resuelva diciendo con resignación: “amanecerá y veremos” o “mañana será otro día”… …

… entonces el olvido y sus lagunas, serán llenadas con la imaginación y creatividad de la gente.

Como ejemplo tenemos: La Sayona, El Silbón, El hombre del machete, María Lionza, etc., estas son viejas leyendas que utilizamos cuando nuestros niños “se portan mal”; a estas habría que agregar otras que nuestros adultos comentan en voz baja durante los velorios como: La masacre de Cantaura, La muerte de Argimiro Gabaldon, Molina Gásperi, Alberto Lovera, etc.

Es así como la fecunda imaginación  nacional, produce nuestra historia.

Agregaremos otra más al repertorio, quizás la más terrible… En un viaje imaginario que una abuela contará, entre verdades, omisiones y fantasías, titulada: “La Leyenda del 27 de Febrero”.

…Cuentan en mi país, que hace mucho tiempo, hubo un rey que coronándose a sí mismo, y deseoso de pasar a la eternidad, mandase a construir una estatua gigantesca, la cual fuese del tamaño de su enorme egolatría,  y cuyo color debía ser el rojo escarlata; con este color su imagen seria reconocida desde miles de kilómetros de distancia (algo así como el Faro de Alejandría). Pero al comenzar su construcción, los ingenieros no lograban darle a la argamasa el tono preciso de dicho color…
 
Luego de muchos estudios el jefe de química le “sugirió” al rey que agregándole sangre humana al cemento, el color se volvería permanente.

Este, sin pensarlo dos veces, comenzó por vaciar los Bancos de sangre pero era poco lo que contenían, llamó al Ministro del interior y le ordenó que inventara unos enfrentamientos entre presos…y poco a poco se fueron desocupando las cárceles, pero seguía siendo pequeña  la cantidad de sangre obtenida.

“Dios como hacer”, cavilaba el monarca, entonces reunió a sus notables y les ordenó buscar una solución al problema de abastecimiento sanguíneo.

El cónsul Manuelito, contrató en secreto a unos personajes oscuros que se llamaban “Tecnócratas y a los que  el pueblo con miedo, comenzó a llamarlos “Los hombres de Chica-gò”. Estos personajes se reunían en el palacio del rey (que irónicamente se llamaba “de Mirar flores”) y luego de sesudos estudios y eternas discusiones se logro inventar un régimen de terror, que popularmente recibió el nombre de “Paquetazo Liberal”.

Este paquetazo liberal consistía, en realizar incursiones nocturnas de los Chica-gò, para extraer la sangre a los súbditos…
…de esta forma la gente poco a poco comenzó a sentirse débil; y para disfrazar la flacura de sus súbditos, el rey y sus acólitos, tomaron medidas económicas. Entre estas estaban: liberar los precios de los alimentos, los combustibles y las medicinas.

Y cuando ya, desfallecientes, el pueblo comenzó a llenar  los hospitales, “nos encontramos que los médicos estaban de huelga”.

Sin embargo, y a pesar de estos procedimientos, seguían siendo insuficientes los litros de sangre, que se lograban obtener para amasar la mezcla de concreto que requería la inmensa estatua, entonces se apeló por apurar más la situación de debilidad del pueblo y se tomo la siguiente providencia:

“Mediante decreto se aplicara de forma masiva el IVA a todo cuanto exista”…
con esto se provocaba al parecer más eficazmente, el sangrado.

Lo que no previnieron los tecnócratas y su rey, fue que la sangre que salía rápidamente, dejaba el cuerpo sin defensas,
siendo esta situación aprovechada por las enfermedades,
específicamente por el Virus VDH (Virus Del Hambre), lo cual provocó innumerables casos crónicos de cambio de carácter.

Esta epidemia (que recibió el nombre popular de “Fiebre de Arrechedera” o Arrechedera a solas), atacó primero a los pobladores de la Clase Media, que según cuentan un tal Marx, tienen antecedentes históricos (como referencia tenemos la leyenda del 19 de abril y la del 23 de enero, donde se puso de manifiesto su característica principal “estoy con el gobierno siempre y cuando no me toquen el bolsillo”).

Esas medidas obligaron a la clase media clase a abandonar sus cómodas viviendas y subir a vivir en los cerros (Dios que terror), con los humildes habitantes; que ya estaban en condición de “pobreza extrema” de esta manera fueron fácilmente contagiados…

Según los periódicos y la radio:
… “La enfermedad causa estragos entre la población.
Todos: niños y adultos cambian su carácter, antes eran amables y siempre dispuestos a compartir “unos tragos”
Hoy casi todo el país
presenta la  sintomatología de la virosis que pone en peligro nuestra democracia”, lamentablemente la gente ya tenía sospechas de que muchos de eso medios comunicacionales mentían, ya que sus dueños eran muy jaladores del rey y su corte.

Y en la noche del 27 de febrero, juntos (Proletarios y clase media) enfermos de “arrechedera”, comenzaron a bajar en grandes multitudes. Enardecidas, saquearon todo: tiendas de ropa, automercados, línea blanca, marrón, azul, verde, roja… se dice que fue la noche más larga de nuestro pueblo.

 Los Chica-gò, los políticos, y la elite económica aterrorizados acudieron a las embajadas, buscando salvarse de la irresponsabilidad del trato dado a su pueblo.
Es muy común en nuestras leyendas encontrar el capitulo: “la huida a las embajadas” (ver leyendas del 4 de febrero y del 27 de noviembre).

La mañana del 28 amaneció igual, cuentan nuestras abuelas que la gente infestada, llevaba sobre sus espaldas: neveras de 80 pies, lavadoras morochas (si una se le pasa, la otra lo repasa), reses completas, televisores encendidos, camas matrimoniales (con pareja y todo) y hasta racimo de cambures (favor ver foto de portada).

Ya por la tarde, el monarca que gobernaba desde el baño (le dio diarrea, dicen que por causas emotivas), ordenó a los médicos que recetaran algo para acabar con esta terrible enfermedad, pero los médicos estaban cansados de “arrecharse” y decretaron la hora “0”.

Entonces, algunos creen que debido al contagio, el mismo monarca salió del baño y aun con las posaderas manchadas, dio orden de aniquilar a todo ser que tuviera los síntomas, cuentan que hubo miles de muertos, tantos que el cementerio fue insuficiente y hubo que inaugurar, en secreto, fosas comunes, las cuales recibieron el nombre “De las Pestes”

 El día 1º de Marzo, la situación estaba controlada, los chupasangres, políticos y la entente económica, volvieron de las embajadas, luego de calmarse le recomendaron al rey, que para cobrarse agravios, debía comportarse como cuando era titular del M.R.I. (Muerte, Represión e Injusticia).

 Y así fue como el magnánimo gobernante, recordando su época de ministro, suspendió todas las garantías durante mucho tiempo; de esta forma sus legiones de guerra podían violar las viviendas y acribillar a la gente que aun permanecía amándose en sus camas.

Su propio ministro para no quedarse atrás, dio la orden de abrir las cárceles, soltar los presos, matarlos y después dar la voz de alto (luego, durante las averiguaciones, este ministro sostuvo que debido a su enfermedad afónica, teme que tal vez los esbirros no lo escucharon).

Pasado el tiempo y después de los acontecimientos que “tumbaron” (ese es otro cuento) al monarca de su trono; los nuevos gobernantes obligados por los pocos deudos sobrevivientes de la epidemia y a instancia de algunas ONG, se vieron en la necesidad de habilitar un tribunal   para constatar la cantidad real de muertos (el Gobierno sostenía que tan solo eran doscientos y que la mayoría murió por causas naturales) y los mal llamados “desaparecidos” (el Gobierno sospechaba que todavía andaban por allí “echándose un palito”).

Pero… según consta en las actas de exhumación: “… la juez acompañada de las autoridades competentes y luego del laborioso trabajo de abrir las fosas comunes, se descubrieron miles de cajones en perfecto estado de conservación, procediéndose a destaparlos, con la sorpresa de no encontrar cadáver alguno… en su interior solo vivían millones de mariposas blancas, las cuales volaron copulando sobre los cerros aledaños al sitio…
“Por lo tanto, y no encontrando cuerpo de delito alguno, llegamos a la conclusión: que lo sucedido el 27 de febrero, sus muertos y desaparecidos, ha sido parte de una campaña de difamación e injurias, orquestada por los eternos enemigos de nuestro bien amado régimen… Amén.”

Por si acaso, cada vez que veas alguna mariposa blanca, piensa en los muertos y desaparecidos del 27, quien sabe, tal vez pueda ser el alma de uno de ellos…

…Ah!, y sobre la estatua del monarca, solo se logró hacer la cabeza, que por cierto, está en algún sitio de la historia… llena de cagadas de palomas…

Simón Oliveira
1991