La noche oscura envolvió a Chile.
Una fecha imborrable que fracturó con dolor las ansias de todo un continente soñador,
Que creyó en los “cambios tranquilos”,
En revoluciones “paso a paso”,
En la frase martillada desde arriba “las Fuerzas Armadas son los garantes de la tranquilidad y la paz democrática…”
Una tranquilidad y una paz que ese día se convirtió en mas verdadera…
Cuando fue y bombardeo La Moneda…
Cuando mató a un presidente,
Cuando violó y ultrajó a estudiantes, obreros y campesinos…
Una paz para siempre…
Un paz de ultratumbas…
Una fecha imborrable que fracturó con dolor las ansias de todo un continente soñador,
Que creyó en los “cambios tranquilos”,
En revoluciones “paso a paso”,
En la frase martillada desde arriba “las Fuerzas Armadas son los garantes de la tranquilidad y la paz democrática…”
Una tranquilidad y una paz que ese día se convirtió en mas verdadera…
Cuando fue y bombardeo La Moneda…
Cuando mató a un presidente,
Cuando violó y ultrajó a estudiantes, obreros y campesinos…
Una paz para siempre…
Un paz de ultratumbas…
Una triste noticia, se repite constantemente en los oídos:
Muerte, Muerte, Muerte.
Unas manos que ruedan,
cercenadas, por la arena, de un estadio de fútbol.
Una guitarra rota a culatazos, repiquetea constantemente,
como latido rabioso, como horrenda carcajada,
como grito invencible de volver…
SEPTIEMBRE NEGRO
“11 de septiembre: Víctor Jara habla por última vez con su esposa Joan, estaba en la Universidad Técnica, acompañado de 600 estudiante y profesores, rodeados por el ejército y bajo el fuego de ametralladoras…
13 de septiembre: Víctor Jara es detenido y llevado al “Estadio Chile” de Santiago…
18 de septiembre: habla su esposa “Esa noche un joven empleado de la morgue golpeó a mi puerta y me dijo que entre los cientos de cadáveres de estudiantes y obreros había reconocido a Víctor…
… … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … …
Víctor Jara murió con una canción en los labios. Lo llevaron al estadio. Como siempre, lo acompañaba su guitarra… Y comenzó a cantar, los presos entonaron canciones de combate a pesar de la amenaza de los guardianes de abrir fuego, luego, siguiendo la orden de un oficial… los soldados mutilaron las manos de Víctor. Ya no podía acompañarse, pero siguió cantando con voz desfalleciente.
A culatazos le destrozaron la cabeza y colgaron a Víctor delante de las tribunas para atemorizar a los detenidos…”
Vladimir Tchernichev.
Corresponsal de PRAVDA
Corresponsal de PRAVDA
Vacio quedo el estadio,
Inmensamente vacio.
Con tu sangre al sol, puesta a secar.
Tratamos de borrarla, con lágrimas…
Otros seguirán tu camino
Rescataran de tus cenizas
…tu sueño de libertad.
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