Dedicado a Geraldine |
Para
todos los padres
(Porque
hoy… y siempre es su día)
De repente un berrido
rompe la pequeña calma lograda
después de muchas horas de insomnio.
Me paro para ir al baño
y mi mujer, tambaleándose de sueño
se dirige a la cocina.
Miro el reloj y un “coño” se me escapa
al ver la hora,
son las cuatro y media, y a las seis
debo salir para el trabajo;
bueno ni modo…
¿Para qué volverme a acostar?
Bajo también a la cocina
y la veo medio dormida
batiendo la leche y preparando el café.
Me mira soñolienta…y la abrazo,
casi como una queja me dice:
“Papi, estoy cansada,
ya había olvidado cómo era esto…”
y bostezando le contesto para tranquilizarla:
“Pronto, mi vida…esto pasara pronto”
Nuevamente el berrido de “atención”
retumba en la casa,
corremos los dos
y por poco tropezamos con la puerta.
Alcanzo los primeros escalones
y ella como puede
me atrapa por la cintura
tan solo para indicarme que apague la olla del café.
Al volverme, algo se interpone entre mis pies
Y por escaso margen
mi cabeza esquiva el dintel de la puerta.
Llego a tiempo para apagar la hornilla, y salgo,
no sin antes recoger
una muñeca
que pudo ser la causa de mí “presunto suicidio”.
Vuelvo a subir la escalera y otro grito me acorrala:
“¡Tráete el tetero!!!
…y regreso corriendo a buscarlo en la cocina,
gran sorpresa, había apagado otra hornilla,
mientras el café recalentado re borbotea
manchando estantes, baldosas y gavetas,
escucho…
“¡el tetero! ¡el tetero!”
Y el grito me recuerda a Tatú,
el enano de la “Isla de la fantasía”,
voy p´arriba nuevamente.
Al llegar al final de la escalera:
dos ojos morenos a medio cerrar me recriminan:
“Papá tengo sueño”…
¡Carola, cariño!, ¿Qué haces despierta?
“papá tus gritos no me dejan dormir”
Carola… yo nunca grito…
Y nuevamente compartimos la angustia:
¡Qué pasó con el tetero!
grita mi mujer, insistentemente
acompañada del horrible berrido…
Tomo a mi niña con una mano
y en la otra llevo el biberón,
entro a mi habitación y allí,
casi dormida, dándole teta al bebé,
esta mi mujer…
…y mi hija sin pensarlo dos veces
se acuesta en nuestra cama…
Bueno ni modo…me digo.
“Cariño, voy a bañarme y planchar la ropa
para irme al trabajo…”
…Y la voz de mi niña, en medio de su sueño me dice:
“Papi hoy es domingo, hoy no hay trabajo…
Ahh… y bendición…
…por ser “día del padre”
Simón Oliveira
2011
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