Ayer y como siempre, después de “arreglar” mi habitación, empecé (como toda la vida) a tratar de deshacerme de las ataduras que sutilmente se me han ido pegando a través de mi existencia, es decir: botar lo que consideras que ya no te hace falta.
Y cuando hablamos de que tengo sesenta años, carajo, es un mier…. pocote de cosas de las cuales puedes prescindir
… Y como siempre, terminé por enviar a su jubilación el 5 % de ellas.
Debe ser que en la medida que envejecemos tememos que nosotros mismos (lo que casi siempre es así), formemos parte de ese envoltorio.
Pero esta vez , revisando , conseguí un bulto de periódicos viejos (la campana de San Pedro), donde releyendo, tal vez para buscar un pretexto y no botarlos, tropecé con los escritos de una gran amiga y compañera : MAROG, los cuales tuve el honor de acompañar con unas ilustraciones.
Y como siempre me pareció un sacrilegio el deshacerme de tan hermosas palabras, que quise en honor a ella, recopilarlas aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario