jueves, 17 de diciembre de 2009

"Recordatorio a Bolivar" (Simon Oliveira) 1969

Dibujo:Francisco Maduro
Dibujo: Simón Oliveira

Este poema fue escrito en el año de 1969, con todo el fervor revolucionario, que se tiene a los 19 años y con toda la influencia de los grandes poetas contestatarios de ese tiempo: como Alberti, Miguel Hernández, Andrés Eloy Blanco y por supuesto Neruda.
Hoy cuando se cumple un años mas de su muerte, pienso que es bueno resucitar este poema-


“PEQUEÑO CANTO A BOLIVAR”
Basado en el poema de Pablo Neruda
"Canto a Bolivar"
(Yo conocí a Bolívar una mañana larga…
I mirando el cuartel de la montaña, dijo
“Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo)
1969



I
Yo conocí al hombre bajo la olvidada tierra.
Cien años con heridas
guardaban su esperanza.

Su nombre, su apellido,
levantaban los frutos de la angustiada espera.

Y le dije:
Padre para que has venido,
para que naciste.

Esta que fue tuya, no es tu tierra.
Estos nosotros, ya no los mismos de hace un siglo.
No ves nuestras manos…
están yertas; no ves nuestros ojos… están fríos;
no es nuestra, la espalda esta de ahora,
somos solo números que juegan
en las fábricas de los metales vivos.

–Entonces dime Padre;
para que naciste,
para que has venido-.

Y el hombre de hace un siglo
con su voz de silencio, me dijo:

“Yo fui muerto en la cruz del dolor de mi pueblo,
y hoy estoy aquí,
tengo las cuencas llenas de un continente despierto.

Mi amor esta cosechado,
en la cabeza última
del montón pretérito.

Tengo un millón de hijos en la cárcel,
y otro millón de hijos
– en las torres petroleras –
puestos a secar.

Ya mis caminos se secan
tiene la sed de un viajero.

Y he visto como en el campo
se marchita “la astilla de eternidad”.

He bebido las ansias de mi tierra,
y he escuchado las manos que piden libertad¡¡¡

II
Hoy la semilla del hombre
es pasto de los lobos,
con ojos de níquel y cuernos de oro.

Tengo 109 años,
firmes como erecciones,
y cansados de olvidar.

Aquí estoy contigo.
Y colgar del rabo de los nervios
para estrellar las palabras
como un millón de piedras
ante la imagen de la puerta más grande.

Y vestidos de kaki,
con humo en las manos,
voltearemos la calle
para herir las ruedas del camión más grande.

Para el pequeño segador
le traje un nombre,
“EL OBRERO DEL CALCIO”
con el molera los huesos
del lobo del hombre,
del que habló Andrés Eloy.

No tendremos comandantes sino pueblo,
no tendremos gobernantes sino pueblo.
Ya no tendremos mas mando
sino un continente despierto.

Junto a mi mano hay otra
y hay otra junto a ella
y otras mas y mil manos que aún tu no conoces…
… Soy un siglo de manos
“con erección de antenas”.

Esas las ultimas de mi primer momento,
vieron los caballos del día final de la guerra;
y otras cumbres tomaron sus rojos luminares,
avasallaron al hijo de mi cimiente eterna
para colocarles un numero y computar sus ideas.

Tabularos sus ansias con sofismas de aurora.

Ya están maduras las espigas
de las manos para tomar
el segundo de su hora.

Las ciudades incendiadas ondean mi nombre,
los campos olvidados flamean mi nombre.
Los pueblos oprimidos pronuncian mi nombre.
La aurora verdadera se encuentra enrojecida
por la sangre del hombre.

Voy naciendo en ti
como surtidor de esperanza.

Tengo un siglo de silencio
y un ejercito que lucha
bajo las sombras de la tierra.”

III
Y el padre nuestro que estaba en la sangre
guardó la palabra nuestra de cada día,
y siguió adelante;
detrás de su espada estaba un continente con brazos de fuego.

Y recordé sus palabras:
“Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo…”

“Tengo las cuencas llenas de un continente despierto.”


Simón Oliveira
1969

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