Dia de los enamorados |
Ayer me encontré con un sueño.
Venía ensimismado, cargando el fastidio de perder un mundo en la entidad bancaria, acompañado de la rabia de hacer cola esperando un turno interminable… para al final decirme:
“No hay material para las tarjetas”
Cansadas mis posaderas de enclavarse en una silla, mi vejiga a punto de estallar y el estómago repitiéndome constantemente:
“No hay desayuno…” “No hay desayuno…” “No hay desayuno…”
Deseaba tomar un taxi, llegar cuanto antes a mi casa, echarme un baño, comer algo y luego salir a dar mi clase de…
…De repente… tropecé con un sueño…
pequeño y dulce; de ojos grandes que al verme brillaron de emoción.
Hola profe… ¿cómo está?
Toda la rabia, el fastidio, el cansancio y el hambre se marcharon hacia otro lado,
dejándome ver frente a mí la belleza del universo.
Le tomé su mano suave como la briza y un beso en mi rostro fue su respuesta.
Profe… ¿Cómo va la salud?
Mi estómago, escondiéndose, ensancho mi tórax para contestar:
Bien… Muy bien.
Mi columna se puso recta olvidando por momentos la leve inclinación que mostraba.
¿Estás en música?
Pregunté, tontamente, al ver el instrumento que cargaba en su derecha.
“¿Profe? “
Y sonó a protesta,
¡Ya se lo había dicho!
¡Ah, sí ya me acuerdo!
Algo en mi interior me gritó:
“¡Carajo!... Cálmate y has algo coherente,
en vez de seguir portándote como un tonto”
Le tomé su mano con cierto temblor y la invité a tomarnos un café…
nuevamente sus ojos resplandecieron y una sonrisa pícara fue un “si” por contestación.
La solté antes que notara temblar mi mano, y como pretexto le quite el instrumento.
Al tomarlo pensé:
“Como un cuerpo tan menudo puede con tremendo peso”
Con sus manos libres se apoyo en mi brazo, recostándose un poco hacia mí; mis venas tamborileaban un pulso nervioso, deseaba abrazarla… pero me contuve…
Entramos al cafetín y casualmente me saludo un amigo, que detuvo mucho tiempo su vista en tan delicada mujer, luego volvió a mirarme con envidia.
Nos sentamos frente a frente, mis ojos se detenían catando su sonrisa, en sus mejillas dos hoyuelos me hipnotizaban.
Empecé a contarle sobre el nuevo salón; de los alumnos que se graduaran este año, muchos de ellos fueron sus compañeros; de que a lo mejor me cambiaba de Universidad; del viaje que pensaba tomar al llegar las vacaciones…
…Pero ella me interrumpió y colocando sus manos sobre las mías, me preguntó si tenía muchas alumnas, si seguía solo o si ya tenía compañera, si alguna vez había pensado en ella…
“…porque nunca he podido olvidarte, es más aún extraño tus piropos,
tus consejos, tus largas conversaciones sobre poesía…
…¡Y tus besos me hacen falta!
Y sin más sacó su guitarra y con su gesto más característico, arrugando su naricita, empezó a tensar las cuerdas…
¡Esta la compuse para ti!
Todos voltearon para la mesa al comenzar los acordes del instrumento.
Al terminar la canción, hubo un rato de silencio y luego vinieron los aplausos y las felicitaciones.
Yo con la garganta estrujada, no hallaba que decir.
Entonces gritó:
¡Profeee! ¡Que te pareció!
Y un “TE AMO” pronunciado casi en silencio, fue mi respuesta.
Saltó de su asiento y me abrazo fuertemente, que casi me caigo con ella encima…
¡Gracias por amarme!
Y luego rápidamente volviéndose a parar, con sus manos colocadas en su estrecha cintura, insistió:
¿Seguro que no me mientes?
¿Seguro que no vas a salir huyendo, como la última vez?
Parándome, sin importarme los que estaban a nuestro alrededor, la tomé entre mis brazos, levanté aquel hermoso cuerpo y besándola con la fuerza de un rinoceronte, me quede allí, sus labios junto a mis labios, sintiendo la envidia de toda la gente, hasta que…
…Sonó el despertador, muy molesto tuve que levantarme para ir al banco
a cambiar la tarjeta de debito que estaba bloqueada…
Simón Oliveira
Para escuchar algunos temas romanticos Link:
http://www.mediafire.com/?kgbmci7419masix
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