MADERA
(a los treinta años de la tragedia)
Y aunque la madera este en todas partes,
nunca tendrá el corazón, ni la raíz
de aquel qué cantó la historia
y que nació en el barrio Marín.
La lluvia nos trae los gritos
que se cuelan del profundo rio,
con su caudal bravo y celoso
trata de ocultar en su cieno
el ruido sordo de una tambora.
Corriente violenta y mezquina
que me nubló una noche con tragedias.
Escucha…
La tarde se nos huele a madera recién mojada.
…Y solo nos queda
en los labios, mordidos por la rabia,
la pregunta ¿Dónde?
¿Dónde están los Ricardos, donde?
¿Dónde sueña Andreina, donde?
Suben los ojos al empinado cerro
y una lluvia de lágrimas,
huérfanas de contestas,
se lanza por la estrechas escaleras de mi barrio…
…recordando que ayer fue un avión
que quiso volverse “Coral Cantarino” en las Azores,
y ahora el padre rio quiere regar con su canto
todos los suelos de mi patria.
No llores,
me recuerdan las calles,
quizá en la distancia del tiempo
empiecen a nacer los arboles de tamboras,
con hojas de maracas y ramajes de güiros…
…Y entonces escucharemos,
convertidos en “Manglares Bulliciosos”
a los Ramos, los Romeros,
los Rengifos y los Ortas,
los Hernández y los Quinteros….
Simón Oliveira.
17/08/2010.
(a los treinta años de la tragedia)
Y aunque la madera este en todas partes,
nunca tendrá el corazón, ni la raíz
de aquel qué cantó la historia
y que nació en el barrio Marín.
La lluvia nos trae los gritos
que se cuelan del profundo rio,
con su caudal bravo y celoso
trata de ocultar en su cieno
el ruido sordo de una tambora.
Corriente violenta y mezquina
que me nubló una noche con tragedias.
Escucha…
La tarde se nos huele a madera recién mojada.
…Y solo nos queda
en los labios, mordidos por la rabia,
la pregunta ¿Dónde?
¿Dónde están los Ricardos, donde?
¿Dónde sueña Andreina, donde?
Suben los ojos al empinado cerro
y una lluvia de lágrimas,
huérfanas de contestas,
se lanza por la estrechas escaleras de mi barrio…
…recordando que ayer fue un avión
que quiso volverse “Coral Cantarino” en las Azores,
y ahora el padre rio quiere regar con su canto
todos los suelos de mi patria.
No llores,
me recuerdan las calles,
quizá en la distancia del tiempo
empiecen a nacer los arboles de tamboras,
con hojas de maracas y ramajes de güiros…
…Y entonces escucharemos,
convertidos en “Manglares Bulliciosos”
a los Ramos, los Romeros,
los Rengifos y los Ortas,
los Hernández y los Quinteros….
Simón Oliveira.
17/08/2010.
ver tambien:
http://simonalbertooliveira.spaces.live.com/
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