lunes, 22 de febrero de 2010

marog (febrero) 1995


Cuando se inicia un año, se abre una ventana de esperanzas, nuevos sueños y metas que alcanzar.

Todas las aguas revueltas se tranquilizan dejando caer al fondo, alguna que otra basura para limpiar el espejo cristalino que se refleja y apacigua lo que atrás quedo.

Cada nuevo tiempo nos renueva fuerzas, y hasta la fe en uno mismo se despierta.
Sin embargo, es increíble aceptar (aún cuando el tiempo se encarga de hacerlo ver), que hay quienes no avanzan, si no que estúpidamente se estancan, continuando cada año aferrados a las frustraciones que nunca intentaron solventar.

¡Todo lo podemos cambiar si queremos! ¿Por qué quejarnos de no obtener de la vida, aquellas cosas que no queremos confrontar, aquilatar y mucho menos consolidar?

“La franqueza” ¿Es un don o una habilidad?
Tal vez es la sutil experiencia de aprender a desnudarte ante ti mismo y ante los demás.

Por ello ojalá que este nuevo año podamos en franca comunicación sostener diálogos de esperanzas, sueños y metas “reales” en la medida que dejemos que la basura se precipite al fondo, y lo diáfano, claro y brillante se realce en la plenitud de nuestras vidas a base de constancia y sabiduría de lucha.

Marog
Febrero 1995

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