(Para amarte III)
Es de día:
abandono tu aroma con la tristeza acuesta,
afuera llueve y la gente se esconde
tras el olor de tu cuerpo ausente.
Llega la tarde:
un público extraño actúa para nosotros
sin prestarle atención.
Se abre la noche:
y el poema de amor continuamos escribiéndolo con el sudor de nuestros cuerpos.
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